Convertirse en asistente virtual es una excelente opción para quienes buscan independencia laboral y un equilibrio entre vida personal y profesional. No se necesita una gran inversión inicial, pero sí compromiso y deseo de aprender.

El primer paso es definir los servicios que se desean ofrecer —como gestión de correos, atención al cliente, redes sociales o tareas administrativas— y crear un portafolio que muestre tus habilidades. Plataformas como Upwork o Fiverr pueden ser un buen punto de partida para conseguir los primeros clientes.

Finalmente, invertir en formación continua es clave. Cursos de marketing digital, redacción o herramientas de productividad pueden marcar la diferencia entre un asistente promedio y uno altamente competitivo.